miércoles, 17 de septiembre de 2014

Dos Históricos Frente a Frente.

El CMLL, la empresa de lucha libre más antigua del mundo, llega a un aniversario más, el LXXXI ,y con él llega una nueva edición del que, le pese a quien le pese, sigue siendo el evento de lucha libre que todo luchador mexicano quisiera encabezar, el más importante del calendario, el aniversario del CMLL.

El contexto en el que se lleva a cabo el evento no es el idóneo, y no es para menos, la deficiente organización del aniversario LXXX propicio que la empresa se viera afectada en su credibilidad, en consecuencia, a inicios de año era difícil señalar a los probables protagonistas del evento y esto no era por ausencia de nombres sino porque costaba volver a creer en la seriedad de cualquier rivalidad que fuera promovida con dicho propósito. Así de frágil es la credibilidad de una promoción. 

La situación de la propia industria es también motivo de alarma, las audiencias no repuntan, la cobertura de la fuente se ha reducido, el CMLL no tiene cobertura en una televisora realmente competitiva, las revistas han reducido la periodicidad en sus publicaciones, las contrataciones y sorpresas vistas a lo largo del año son suficientes para mantener entretenida a la afición cautiva pero incapaces de despertar interés en la audiencia masiva, vaya, ni las transmisiones de la WWE alcanzan las cifras vistas en años anteriores. 

Es este el escenario en el que el CMLL va a montar a la que ya es conocida como "la lucha del siglo", Atlantis vs. Último Guerrero, quienes se enfrentan en una lucha de máscara contra máscara. La lucha no llega precedida de una campaña a su altura (tal y como hubiera sido el año pasado) sino que, yéndose a los extremos, esta vez lo hace a pocas semanas de su anuncio. Es así que se escogió un formato de promoción en donde todo el peso de la misma cae únicamente en dos nombres y en el tipo de apuesta seleccionado, no hay más, la frase "esta lucha en si misma vale el boleto" se tomo de manera literal y, hay que decirlo, el resto del cartel no está a la altura del evento estelar.
Tras haber entrado a la cuestionable dinámica nacional de promover solo para ver grandes luchas en unas cuantas fechas en el calendario, a costa de la calidad de las funciones ordinarias, y sin tener a tantas estrellas para alimentar las luchas de apuestas que demanda cada evento, se eligió presentar un cartel más que convencional en donde se le paga la cuota a la división femenil, en donde aparecen varios de los nombres que se pueden considerar "obligatorios" pero en donde también se omiten a muchos otros - La Sombra, el mejor luchador del país-. Queda una deuda con la gente que mantuvo un nivel que los debió de llevar al aniversario -Hechicero-, deuda que se hace extensiva a la propia empresa y a su lucha con practicas que no han podido despojar de la misma y que se manifiesta con la presencia de algunos nombres que, aún como preliminares, están muy lejos de ser material de aniversario. En fin, el eterno nepotismo con el que luchan los que no tienen familiares dentro de la empresa y que justifican estos últimos con el dicho de que "nosotros somos los que hemos estado con la empresa en las buenas, las malas y las peores". 


El CMLL aposto por un cartel de "una sola lucha" y pese a los comentarios que, emitidos desde la ignorancia de la industria, sugerían que para evitar un fracaso taquillero era necesario apuntalar el cartel, lo cierto es que, tal y como lo advertí en Twitter, y posteriormente fue confirmado por las ventas del evento, la lucha estelar era suficiente para llenar la arena y producir la mejor taquilla en décadas. Eso también lo sabía el CMLL y, conociéndolos, con eso les bastaba.  

De los protagonistas del evento no hay más que escribir, desde el año pasado se dijo todo acerca de ellos y de lo que en su momento representaron para la empresa y de lo que representa su duelo; el estandarte vs. el líder, el oficialismo de la empresa vs. la revolución de la misma, el grupo hegemonico contra el emergente, el leal vs. el irreverente, etc. Solo resta agradecerles a ambos que, en tiempos en donde varios luchadores veteranos se niegan a apostar, estos dos hombres no tengan mayor reparo en poner su máscara sobre la mesa en pro de la lucha libre. Son este tipo de hombres los que le hacen falta a la lucha libre.

Sobre la lucha en si resta decir que ambos traen un año más de estar día a día, semana a semana y mes con mes, sufriendo los estragos de la lucha libre. Llegan momentos en la vida en los que las secuelas del pasar del tiempo se manifiestan de forma más evidente, y ellos están en ese punto, no están acabados, ni mucho menos, pero si lucen con menos vigor que el año pasado -sobre todo Atlantis-, sin embargo, estaremos ante dos hombres que conocen perfectamente los secretos de la lucha libre, sus tiempos y que, sin recurrir a la saturación de movimientos a la que los luchadores actuales nos tienen acostumbrados, van a saber vender cada uno de sus movimientos buscando dar una lucha de apuestas de corte clásico.

El próximo viernes, cuando llegue la tercera palmada, habrá llegado a su fin la carrera como elemento enmascarado de uno de los dos involucrados ¿Qué seguirá a partir de ahí? el tiempo lo dilucidará, quedaran algunos compromisos para presentarse sin máscara pero después se ira viendo la respuesta del público hacia el desenmascarado. Creo que el Último Guerrero, por edad y físico, tiene mas probabilidades de sobrevivir, Atlantis en cambio, pese a tener la capacidad para continuar, tiene un público cuya lealtad con él está muy ligada a su máscara, por ello, pudiera atravesar dificultades para continuar su carrera, claro, si ese fuera su deseo.

¿Qué representa la victoria para cada uno de ellos? La hipotética victoria del Último Guerrero trascendería al ámbito personal, significaría un cambio de mando, la creación de un nuevo estandarte en el CMLL. Para Atlantis las consecuencias son tan simples que asustan, con una máscara más a su vitrina y teniendo ya en ella la de un icono del Toreo y pudiendo sumar a la misma la máscara de otro histórico de su propia empresa, no hay más, el ídolo de los niños pondría su nombre en la lista de espera de los que, legítimamente, aspiran a convertirse en leyendas de este deporte.

Quienes tengan la oportunidad de acudir el viernes a la Arena México serán testigos de una de esas luchas, cuyo resultado, será recordado por posteriores generaciones de aficionados y que ocupara un lugar especial en la historia de nuestra lucha. Del accionar de los protagonistas dependerá que, ademas,  pueda ser recordada por su calidad.

IMG: Gaceta CMLL